La Corte Internacional de Justicia (CIJ) ordenó este jueves medidas cautelares adicionales contra Israel y le exigió evitar que su ejército cometa actos de genocidio contra los palestinos en la Franja de Gaza o impida la entrega de asistencia humanitaria urgente.

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El 26 de enero pasado el máximo tribunal de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se refirió a que los gazatíes enfrentaban riesgo de hambruna. Esta vez, dos meses después, le manifestó a Tel Aviv que la hambruna se está instaurando y que los civiles enfrentan condiciones de vida catastróficas, cada vez peores.

La CIJ le exigió a la entidad sionista que tome todas las medidas necesarias y efectivas, en cooperación con la ONU, para garantizar la provisión a gran escala, sin obstáculos y de manera segura, de servicios básicos y asistencia humanitaria, incluyendo alimentos, agua, electricidad, combustible, refugio, ropa, requisitos de higiene y saneamiento, suministros médicos y atención médica. 

Entre las medidas cautelares anunciadas esta jornada, se encuentra aumentar «la capacidad y el número de puntos de cruce terrestres y mantenerlos abiertos el tiempo que sea necesario».

Otra obligación de Tel Aviv será «asegurar con efecto inmediato que su ejército no cometa actos que constituyan una violación de cualquiera de los derechos de los palestinos en Gaza como un grupo protegido bajo la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, incluyendo impedir, mediante cualquier acción, la entrega de la asistencia humanitaria urgentemente necesitada».

A partir de esta orden, el Gobierno de ultraderecha del primer ministro Benjamín Netanyahu tendrá un mes para rendir cuenta ante la CIJ de las medidas tomadas.

El 29 de diciembre pasado, Sudáfrica inició ante la CIJ procedimientos contra Israel por violar la Convención sobre el Genocidio durante su actual agresión contra Gaza, iniciada luego del despliegue de la Operación Diluvio de Al Aqsa, el 7 de octubre pasado, por la resistencia palestina.

La relatora especial de la ONU sobre los territorios palestinos ocupados, Francesca Albanese, ha subrayado que la agresión sionista contra Gaza muestra la existencia de un plan deliberado, impulsado desde los mandos políticos y militares israelíes, para deshumanizar a la población palestina y luego exterminarla mediante el apartheid, el genocidio, la limpieza étnica y el desarraigo.

Entre muchos, dicho plan concibe actos tan monstruosos como diezmar a la población matando niños y mujeres por bombardeos o por hambre, o disparar contra hospitales, escuelas, lugares de culto y otras infraestructuras protegidas por el derecho internacional humanitario.

El sábado pasado, durante una visita al paso de Rafah (sur, controlado por Israel), autoridades egipcias denunciaron al secretario general de ONU, António Guterres, que Israel impedía hasta ese momento el cruce a Gaza de 7.000 camiones con alimentos, agua, medicamentos y otros productos básicos que podrían ayudar a salvar vidas.

Ese mismo día, el comisionado general de la Agencia de ONU para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (Unrwa), Philippe Lazzarini, advertía que la potencia ocupante se niega a otorgar permisos para la entrada de convoyes humanitarios al norte de Gaza, adonde no permite la llegada de camiones con ayuda desde el 23 de enero pasado y donde ya fallecieron, por inanición, 30 personas, en su mayoría menores de edad o recién nacidos.

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